Hablando un poco más de mi persona como decía, el haber tenido la suerte de conocer a Ana fue lo que abrió una ventana muy amplia en cuanto a mi forma de ver el amor y la sexualidad. Pude constatar que el sexo no es por fuerza amor y que el amor es la fuerza más grande que puede existir.
Pero creo que debo empezar por el principio. Soy un hombre que me considero joven pero ya con la experiencia suficiente como para saber que es lo que deseo.
Actualmente vivo con mi madre viuda. Esto es lo que no me permite el incorporarme a la casa. Los fines de semana normalmente se va mi madre con mi hermana y su familia y es cuando puedo convivir de forma completa con Juan, Sonia y Ana.
Ya se ha hablado de la forma como nos conocimos los cuatro y que de ese conocimiento y ese trato surgió un amor que quizás para muchos suene raro pero es real y verdadero.
Si muchas personas tuvieran la capacidad y el ánimo de ver las cosas con mente abierta y se atrevieran a abrirse a nuevas experiencias quizás sus vidas serian más plenas.
Cuantos hombres tienen el temor a mostrar sus sentimientos como son el amor y la ternura sin saber cuanto pierden por ello. Cuantos hombres se espantan con la sola idea de pensar en que el sexo anal puede ser otra forma de disfrutar del sexo. Y cuantos mas piensan que es de débiles u homosexuales el que un hombre sea bisexual. Yo mismo lo llegue a pensar.
Sin embargo tuve la suerte que un fin de semana que pasamos juntos Ana y yo antes aun de conocer a Juan y Sonia, que ella me comento que le gustaría atarme, como yo lo había hecho ya alguna vez con Ella e incluso Ella conmigo. Sin pasar de la excitación de sentirse en manos de la otra persona.
No tuve reparo en aceptar el juego pensando que seria como otras veces. Sin embargo me equivoque. Una vez que Ana me tuvo a su disposición me lleve la gran sorpresa que me dijo que tenía un regalo para mí.
Durante mucho tiempo me costo convencerla para que me dejara penetrarla analmente, y después en muchas ocasiones Ella misma me solicitaba que lo hiciera de esa manera.
Bien cuando me vio indefenso, maniatado me dijo como decía en líneas anteriores que me tenía un regalo. Fue l baño de la habitación del hotel y regreso con un cinto que sostenía un dildo.
Se que lo disfrutaras, si te hubiera dicho que deseaba hacerlo te hubieras negado. Como me decías a mi aquella primera vez solo relájate. Tomo un tubo de lubricante y empezó a jugar con su dedo en la entrada de mi ano, tal cual yo lo había hecho semanas antes No valían mis protestas y amenazas, Ana seguía en lo suyo sorda a todo o que yo le decía. Cuando pudo introducir todo su dedo índice en mi ano, debo reconocer que empecé a disfrutarlo, era una sensación nueva. Saco su dedo y empezó a hacer presión con aquel dildo.
Cuando logro llenarme se mantuvo quieta un rato para permitir que me acostumbrara.
La erección que tenia no le dejaba duda que disfrutaba de aquello. Empezó a moverse lentamente produciendo sensaciones nunca antes sentidas por mí. No dejo de embestirme hasta que me viene en una gran eyaculación. Fue a partir de ese día que Ana se dio cuenta que también albergaba una Domina dentro de Ella, al mismo tiempo que descubría al sumiso que tenía enfrente.
Posteriormente ya tratándonos en nuestras reuniones, comentamos el incidente y Sonia animaba a Juan a permitir que Ella lo penetrara. Juan se negó, al igual que a la sugerencia de Ana que Juan me follara delante de ellas. A la semana siguiente que nos reunimos ambas parejas. Ya Sonia había conseguido su objetivo con excelentes resultados. Eso abrió a nuestras reuniones nuevos aspectos para los cuatro que después al combinarse con amor nos conducirían a la relación actual que tenemos.
Luis
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